A finales de 2020, los vecinos se quedaban sin respiración al ver cómo la histórica pista de tenis art decó de la Quinta de los Molinos reaparecía pintada de blanco e irreconocible.
¿Una restauración? Si era el caso, no existía información al respecto publicada en ningún soporte web o físico oficial, solo los ojos de los visitantes del parque que habían comprobado el cierre de la zona desde meses atrás eran testigo de este aparente sacrilegio histórico.
Tras más de 6 meses de cierre, la zona continúa vallada de forma irregular pero la pista de tenis sobre hierba ha recuperado un rosa «similar» al característico rosa art decó del que había hecho gala este espacio desde su nacimiento a principios del siglo XX.
Todavía se ven restos de cinta de carrocero colgando del frontón de arquería y gradas y, de nuevo, ni rastro de información oficial de la reapertura o el estado de las obras.
La pista de tenis fue una de las últimas construcciones añadidas a la quinta, para lo que fue necesario mover una gran cantidad de tierras hasta lograr una hondonada en donde construirlo. Debido a ello, la pista está rehundida en tres de sus laterales conforme al terreno que la rodea, habiéndose aprovechado dicha situación para la construcción en sus laterales más largos de sendas terrazas de césped a modo de gradas para los posibles espectadores a los partidos de tenis.